jueves, 9 de agosto de 2007

Yo aún estaba viva


Tenía miedo, las manos se me congelaron, no podía escribir. No quería congelarme por dentro, pero era tan extraño, empezaba desde fuera! Y yo aún estaba viva. Te tenía en la mente todo el día, entre diente y diente, entre ojo y ojo, entre ceja y ceja. Y estaba todo tan blanco, por primera vez el color grisaceo no se percibía, el blanco lo escondía todo. Santiago escarchado al extremo, un azúcar endulzaba todo secretamente, pero yo tenía miedo. Poco a poco la bipolaridad terrestre se apoderaba, y no sabía que debía sentir. Mi ventana estaba empañada y con una mano intentaba ver el caos teñido de blanco, descendiendo de una manera casi angelical, me daban ganas de saborearlo, de treparlo y alcanzarlo, de fundirme en él y deshacerme al llegar al suelo, y tú! estabas en mi mente junto a ese pequeño anhelo! (Sonrisa)

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