martes, 28 de agosto de 2007

-

¿Por qué hay que sufrir tanto? ¿Por qué hay que torturarse sin ninguna culpa? No tengo nada que pagar, y aquí estoy, medio vacía, medio llena. Y no hay que ser adivina, te torturas porque le tomaste el gustito al dolor, un poco de acá, un poco de allá, y nada te satisface, porque nunca eliges algo, te la pasas probando, dando y quitando, para que se acostumbren a tí, pero sólo un poco, sin compromisos. La canción, por el momento suena sólo en tus oídos, hoy todo es para tí. Quisiera que tuvieras presente, que si hay que correr, es mejor correr juntos. No sé si tu quieres compañía, tal vez no estas preparado para contarme tu secreto. Tal vez no tienes un secreto.

No hay comentarios: