martes, 7 de agosto de 2007

Fué un accidente, no lo hizo apropósito


La mujer en la pared esta muerta, tú también estas muerta, no eres hija de nadie, ya ninguno puede entrar. Me muero de sobredosis de vitaminas, bajo una iluminación de supermercado con olor a "espíritu juvenil" de algún desodorante ambiental. Resbalo con el jabón, me corto un dedo, me quemo las pestañas, se me quiebra un pie, se me sale la rodilla, me disparan al pecho, me quitan la piel, pero ya nada duele como antes, ya nada es relativamente igual, todo es tan real. Un poco de calor oscila arriba, sobre mi vida, pornto caerá, si es que cae. Mi noche es tuya. Un nombre, sólo un nombre resuena incansable en la línea del tiempo.

No hay comentarios: