viernes, 11 de enero de 2013

Luna

No se puede escapar demasiado lejos de uno mismo cuando tenemos la conciencia de las certezas, de los aciertos, de lo innegable. El calor del verano hace que todo tenga un poco el sabor a la descomposición típica de los alimentos en temperaturas inadecuadas... Y así todo me sabe extraño, incómodo. Viajo en las micros intentado evitarme un poco de mi misma, de mi monstruo pensamiento que se devora lo poco que me queda. Estoy y soy siempre contenida... de los besos, los abrazos, de la mirada cómplice de quién sabe algo muy valioso. Soy contenida.. me he vuelto una luna agitando mis mareas, pero siempre en la lucha que busca la calma.. Algo no entendí nunca cuando hablaban de los ocasos, de las direcciones contrarias, de los malos momentos, del abuso y el exceso. He vuelto a pegar la máscara, a ajustarla frente al falso peligro, frente al infantilismo disfrazado de crítica y de dolor. Ya nada duele demasiado tiempo.. ni con demasiada intensidad.. Y así mismo ya no queda vergüenza ¿A qué debería temer? Sólo me asusta el minuto en el que sube el oleaje, pero dura poco.