lunes, 27 de agosto de 2007

Hasta que la muerte los separe


Me veo y siento que no soy capaz de conmoverte. No puedo mover ninguna partícula en tí, soy incapaz de hacerte esbozar una sonrisa. Te miro y siento que eres impenetrable, eres de acero. Estas podrido, lleno de nada, y sigue siendo nada con el tiempo, porque tú ya no cambias, tú estas muerto. Golpeas fuertemente tu cara contra el vidrio, y me hablas, reproduces un monólogo cruel. Apenas te conosco, lo sé, y tú te empeñas en hacer esa diferencia. Un día creí que me amabas. A veces quisiera no recordar tu nombre, pero tu voz persiste insistentemente para no olvidarte. Voy tarde por la vida, tú me atrasaste, represento los años que no tengo, muchos más de los que quisiera, y no quiero ninguno, ya no quiero nungún día, ninguna hora, ningún maldito segundo que me recuerde que debo comer porque la comida esta servida, que tengo que llegar a casa, aunque no me ames y no me esperes. A veces vuelvo a desear tener tus manos suaves entre mis piernas, tu lengua intentando romper mi hielo, pero eso es sólo a veces. Yo de verdad termino de soñar cuando despierto.

No hay comentarios: