viernes, 24 de agosto de 2007

Parte de mí.


Un grito estridente suena desde la otra puerta, nos señala que no debemos entrar ahí. Mis dedos se mueven al ritmo del piano de tu boca, y el humo levita frente a nuestras caras, te esconde los ojos un poco. La luz titila sobre tu rostro, te hace ver más tembloroso y frágil. Yo no sé nada, y la vida, la vida sigue y no la siento, y el tiempo, ¿Qué es el tiempo? Una cadena muchas veces tortuosa que nos ata a los escombros del pasado. Pero yo te quiero vivir en presente, y no quiero que escondas tus ojos tristes, desearía estrecharte entre mis brazos y no dejarte ir. Te miro y poco a poco te defino en mi mente, con esos labios secos, tu sonrisa, tus mejillas, tus pestañas cariñosas. Recuerdo al principio cuando no querías mirarme, y tensabas los músculos de la cara, tenías miedo y yo lo notaba. Y cuando por primera vez dijiste te quiero, imaginé la comesura de tus labios abriéndose al encanto de una nueva frase en nuestro vocabulario. Hoy me siento como una niña pequeña, ansiosa de verte. Y ya no importa si la misma canción se repite, porque es nuestra, y mi corazón se agita con cada nota musical, con cada palabra que una y otra vez se hace nueva y hermosa. Cuando me abrazas contra tu pecho, me siento una y mil veces desvanecida, y mareada con olor a tí, ese olor que tanto más se me hace adictivo cada vez. Tus ojos se han humedecido, la canción sigue sonando y tú me tienes entre tus brazos, sin excusa alguna, y yo te quiero por siempre esta noche, aunque no tenga idea de lo infinito.

No hay comentarios: