viernes, 22 de agosto de 2008

Mountrito



Un rostro desagradable frente a mí, expresiones desconocidas, un cigarro en la ventana. Caminar, saber sólo una pista de tu pasado, una voz anónima para mí, algo rotunda. Siempre te esperé, con la corriente de aire, en ese bosque de árboles tan distintos, tantos verdes, y mi rostro impávido, esperando el peligro, otra sensación, vértigo en el estómago. Mis lápices y mis manos calleron bajo el vagabundeo, sin hogar cierto de mi imaginación.

Juntos hemos besado y respirado un mundo aparte, un mundo sólo visto de a poco, no con los ojos de todos los días. Te amo y no lo entendía, y aún no lo consigo por completo, soy muy poco certera en algunas cosas, y siempre me pregunto por qué? Y dime tú ahora ¿Quién? Si yo aún tengo memoria, un libro casi abierto y casi cerrado, con algunas páginas escritas, nombrándote tantas veces, tanto tiempo, de tantas maneras, como si fueses un camaleoncito travieso, juegando con mis manos, con mis mejillas, o con una piedra en la calle. No quiero perderme de las numerosas líneas de tus manos, de tus manos tan ciertas, conocidas tantas veces. No quiero quitarme tu olor de la punta de mis dedos, sólo quisiese sacar de mí misma la que en estos momentos no sirve de nada, digerirme ya de una vez y que los pedazos de mí que habían, que quedaban, ya no estén.

C.R.P


y qué es lo que vas a decir
voy a decir solamente algo
y qué es lo que vas a hacer
voy a ocultarme en el lenguaje
y por qué
tengo miedo


A.P