sábado, 14 de abril de 2007

.secreto.


Somos nada, ¿Recuerdas? Junto a las luces de la gran ciudad, susurrado entre el abismo. El antiguo tacto renace nuevamente, y las risas se plasman en los momentos incorrectos. Las manos suaves se hacen parte de mis huesos, y tus respiros calan hondo en mis sentidos. La música de Bach nos acompaña en la danza unipersonal para el cuerpo muerto, y la luz nos ofrece guardar el secreto del momento. El tiempo llama, le pertenecemos. En el apogeo de los cuerpos siento la exorbitante presencia de tu lengua y el compulsivo movimiento de tus caderas, acercándose un poco más, al secreto que guardo celosamente.

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