sábado, 14 de abril de 2007

Amor de extraños


Amo el amor de extraños que se besan en una noche reduciendo todo a un minuto, un segundo, a un punto en el televisor. Noche fría, la música acompaña la realidad inexacta que cubre todo el antro, entre sonrisas y alcohol se escapan los deseos de revivir el pasado, una vez más. Siento tus manos acercandose a mi espalda revisandola, recorriendola, y el cosquilleo interno me retuerce en delicados movimientos. Me hago parte de tu cuello. Me sumerjo dentro de tu boca y respiro en tí. Los rápidos latidos en el pecho, se sienten a lo lejos, en tu respiración, en tu ritmo acelerado y escurridizo de moverte dentro de abrazos apretados. Entre respiro y suspiro pareciera que no existo, muriendo asfixiada entre tu cabello. Poco a poco el delirio se termina, la noche acaba y las caricias se extinguen, la música se calla y nuestros cuerpos inmoviles, quietos de cansancio reposan en silencio. Todo se termina, incluso las miradas, aquella corta realidad se evapora entre tus manos, todo se desmorona con el día, volviendose finito y limitado.

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