
Despues de que te fuiste, llegué a mi casa casi arrastrando, con los ojos llorosos, las manos caídas. Enterré diez botellas hacia abajo, y esperé veintunueva horas con veintinueva minutos y veintunueve segundos a que se pusiera de nuevo a llover. Era un ritual del olvido, la memoria presente de aquellas criaturas que no se ven en las fotos, porque estan escondidas en el negro. Lloré cuarenta y ocho lágrimas, y me dolieron tanto que cerré los ojos, y jamás volví a abrirlos de nuevo, ya no había nada hermoso que mirar.
1 comentario:
cariño mio tengo algo que contarte
si estas en tu casa me llamai pa ir a verte? porfi porfi o un mensaje o nose. avisame si no tienes nada que hacer hoi.
te quieraaaa
Publicar un comentario