Las palabras desgastadas ya se han vuelto evidentes, redundantes, aburridas. Sensaciones asqueantes desde dentro hacia fuera, y desde fuera hacia dentro, y hacia todos, y nadie. Esa ambivalencia idiota del débil termina por siempre cansando a los dioses. ¿Qué hacer ante esta eterna sensación de mierda? Ese no poder convivir ni con uno mismo, el creer que alguien, o algo, o algun lugar podrá eventualmente reparar estas grietas, cuando la verdad es ya sabida, pero no aceptada. ¿Qué se busca exactamente cuando no se siente nada? Yo sólo miro al cielo y pienso que la oscuridad no es un lugar tan desagradable.
martes, 20 de julio de 2010
Las palabras desgastadas ya se han vuelto evidentes, redundantes, aburridas. Sensaciones asqueantes desde dentro hacia fuera, y desde fuera hacia dentro, y hacia todos, y nadie. Esa ambivalencia idiota del débil termina por siempre cansando a los dioses. ¿Qué hacer ante esta eterna sensación de mierda? Ese no poder convivir ni con uno mismo, el creer que alguien, o algo, o algun lugar podrá eventualmente reparar estas grietas, cuando la verdad es ya sabida, pero no aceptada. ¿Qué se busca exactamente cuando no se siente nada? Yo sólo miro al cielo y pienso que la oscuridad no es un lugar tan desagradable.
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